Anónimo

Querida Olga, cuando llegue por primera vez a tu consulta acudí con inquietud sin saber que tipo de profesional me encontraría, pues la decisión de elección de terapeuta no fue mía si no de mi marido. Por aquel entonces mi vida matrimonial estaba entre tinieblas más cerca de la oscuridad que de la luz. Cuando me senté  frente a ti encontré mucho más que a una profesional, me encontré con una persona llena de sensibilidad y con una capacidad de empatía que las sesiones las convertía en momentos de relax y reflexión desde un clima cómodo y agradable, saliendo de ellas más reforzada e ilusionada por seguir luchando.
Solo tengo palabras de agradecimiento hacia tu persona y tu trabajo, supiste en todo momento darnos confianza, fuerza para continuar sorteando las dificultades y sobre todo ilusión por seguir adelante. Tu acompañamiento durante el periodo que duró la terapia fue importantísimo, pues cada semana que pasaba mi vida matrimonial iba tomaba más sentido e ilusión, normalizando la relación y desapareciendo la tensión que durante tanto tiempo se había ido acumulando. Gracias por habernos ayudado a poner luz en nuestro matrimonio. 
Un beso lleno de agradecimiento y mucho cariño